Cuando pensamos en el concepto del «Guerrero», automáticamente viene a nuestra mente esa imagen de un hombre luchador, fuerte, aguerrido, firme, que ha librado victoriosamente varias batallas. Pero por lo general no imaginamos cómo este arquetipo, que habita en todos nosotros, va más allá de esta imagen del guerrero combatiente y altamente masculino que está tan anclado en el imaginario colectivo.
¿Cuántos de nosotros no buscamos sentir la fuerza, la seguridad en nuestro interior, el poder personal, las ganas de salir y defender lo nuestro, cuidar, proteger a nuestra familia, nuestros proyectos, luchar por nuestras metas?.. Todas son tareas que los seres humanos anhelamos sentirnos capaces de hacer. Cuando por un segundo cerramos los ojos y conectamos con este arquetipo, te invito a que te preguntes: en quién piensas?… ¿qué tipo de personaje viene a tu mente?… ¿Cuál es tu estilo de guerrero? .. ¿A qué personaje famoso se parece ese imaginario de guerrero con el que te identificas?
Actualmente, en la humanidad, pienso que este arquetipo está «sobre vendido» o mal utilizado desde esta oleada de energía enfocada en el Self. Enfocada en el individuo. Por lo que muchas veces nos encontramos buscando conectar con nuestro guerrero interior para cumplir y llevar a cabo nuestros propósitos y cuidar de nuestros intereses.
Pero justamente es aquí donde está la necesidad de volcar nuestra mirada a La Luz. De encender, despertar nuestro corazón Porque mientras sigamos construyendo y alimentando este imaginario individualista del Guerrero, solo vamos a reforzar su sombra; a ver su cara menos amorosa. El mundo de hoy nos grita lo imprescindible que es empezar a mirar a nuestro lado, al otro, pensarnos como seres que formamos parte de un todo.. de una gran red conectada con millones de almas alrededor del planeta.
Es por ello que hoy vemos con dolor, cuanta atrocidad cometen las instituciones, los gobiernos, el vecino de al lado, etc. porque ellos también quieren sacar adelante sus metas, defender sus creencias pero en pro de su propio bienestar.
En tiempos de grandes crisis globales, es preciso convocar al lado sano del arquetipo del guerrero. Ese ser hermoso que habita en todos los humanos y que en muchos todavía duerme detrás de los miedos y frustraciones más profundas en nuestro interior. El Guerrero sano está ahí en tu corazón, esperando a que le dejes despertar y tomar el control. Pero para ello es preciso pasar por el desapego, soltar nuestros anhelos egoístas e individualistas y entregarlos a la divinidad, como un sueño, un anhelo más no una meta o tarea a conquistar. Entregamos nuestros sueños, confiamos en la gran fuerza del universo que nos sostiene a todos y seguimos caminando con el corazón abierto y en alto. Es ahí cuando toma el control el verdadero y fuerte guerrero. El Guerrero iluminado, es aquel que pasa su poder, su fuerza por el corazón y es aquí donde activa su motivación y su verdadero poder para luchar por lo que cree y por el bien de todos.
Sabemos que la lucha que emprendamos pasa por el corazón, cuando aquello que nos motiva a luchar cada día va más allá de nuestro bienestar y el de nuestra familia. Cuando aquello que hacemos, beneficia a aquellos que no conozco hoy, sé que estoy activando el lado sano, iluminado y consciente del arquetipo del Guerrero; y es este justamente el que necesita nuestro país hoy. Ya es hora que dejemos atrás aquellas creencias que dicen que tenemos que luchar por lo nuestro por encima de lo que sea… porque esto nace desde el estar parado en un lugar de carencia y por ende trae resultados pero pasajeros y solo traerá más carencia a ti y a todos los demás.
Cuando toda tu energía de lucha está puesta al servicio de todos más allá del tuyo, sabrás que tu guerrero no es más un Trump sino que habrás despertado al William Wallace (véanse la película de Corazón Valiente/ Braveheart) que hay dentro de ti… y el mundo necesita más de estos guerreros y menos combatientes cegados y embriagados por su poder.
Namasté.
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